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Los valores, ayer hoy y siempre

Conversamos con María José Domínguez Díaz


¿Con qué fin escribiste este libro tan interesante?...


Voy a comenzar a hablar de la honestidad, que es ayudar a pensar y actuar de una forma coherente. Hay que enseñar que cada acción buena o mala tiene una repercusión en sí mismos y en los demás. Nos lleva a crear lazos de empatía con el resto de personas e incluso con la naturaleza; y a compartir información relevante que hemos obtenido, positiva o negativa para no hacerlo; siempre con prudencia.


La honestidad es un valor importante para generar confianza, haciendo ver a los demás, próximos o lejanos que me ven u observan, que mi actuación es adecuada, coherente, verdadera creando convicción.


La honestidad es un valor fundamental al que hay que aspirar. Puedo mentir a las personas y ser aparente o hipócrita, o puedo ser una persona que da confianza en mi hacer o decir, y creerán en mí abriéndome las puertas de sus corazones. Generando así empatía e integridad, respeto, honradez, responsabilidad, libertad, autoridad, tolerancia, nobleza, gratitud, justicia u equidad, rectitud, bondad, benevolencia, generosidad y sentido común en todo ello, con lógica que es el discernimiento.

Neurocientíficos, psicólogos y sociólogos están de acuerdo en que nuestros valores personales determinarán si tenemos más o menos números para sentirnos felices con nuestras vidas.


Porque decir, que la felicidad existe, pero no se compra ni se vende, se hace y se siente en cada uno, con nuestros propósitos y hacer.


Mis pensamientos, que salen del corazón, mis palabras y mis acciones van a fabricar como a manera de un cóctel, esos sentimientos que me van a hacer feliz o no, un estado, que me puede producir muchos momentos gratos o no en mi vida; y lo cual puedo mezclarlo como brote, con emociones que me puedan producir bienestar y gratificación o dolor y sufrimiento. Todo depende de mí, de uno mismo, es personal e intransferible; sabiendo que, en esa ruta de aprendizaje, me puedo equivocar y cometer errores, pero no más de tres veces en la misma cosa, pues no lo hace un niño pequeño.


Los valores traen consigo crecimiento interior, espiritual; al contrario que los defectos o carencias, antivalores, que nos darán en lugar de beneficios: dolor, sufrimiento y enfermedad; además de descontento, intranquilidad, tristeza, ansiedad, depresión e inseguridad, restándonos así la alegría y la paz. Todo ello es una conquista, una inspiración, real, de éxito; un enfrentarse con la vida de cara, sin miedo, un esfuerzo y una valentía; siempre de frente al norte, como el timón de los barcos.


Aprender nos hace sanos, la ignorancia siempre pierde. Alma y cuerpo tienen que ir juntos en esta vida, en una interacción, un holismo. Hay que ser humildes para aprender y conocer, constantes, perseverantes. El saber no tiene límites. Ejercitar, es practicar; ejercer, es hacer uso de un derecho, capacidad o virtud.


Los valores son pautas que orientan el comportamiento y las actitudes de las personas respecto a lo que se considera correcto e incorrecto, bueno o malo, justo o injusto, trasmitidas por la sociedad al individuo; y su objetivo es facilitar la armonía y mejorar la convivencia con los otros (solidaridad, prudencia, sensibilidad, paz, amistad, la ética…).


El respeto como valor fundamental es considerar y valorar al otro, o a algo especial, positivamente dentro de la pareja, familia, amistades, sociedad, empezando desde uno mismo.


"La ética es un conjunto de principios y valores que guían nuestro comportamiento"


La ética son las “normas” que rigen nuestro comportamiento, e influyen en nuestras acciones individuales. Mientras que los valores son “aspectos positivos, cualidades” que permiten la buena convivencia en sociedad, como he dicho antes; y además, es como una estrategia de vida que moldea nuestras decisiones y relaciones.


"La ética tiene que ver más con la teoría y la moral, con práctica"


La moral es la forma en que actuamos, el comportamiento, el hábito.

¡Qué bella y sobria es la sencillez y la sinceridad en todos nuestros actos y obras amables con firme compromiso, prudente y fiel!


Qué honor es el de la valentía, con palabras y hechos que no se tambalean en la mentira, en la ignorancia o en el miedo; si no que con fuerza, eficacia y fortaleza, con seguridad, se viva el afán del día a día;  sintiendo en lo más profundo de tu corazón-mente, que sí que vales como ser humano, como persona, y des lo mejor de ti.


"Vive con valores, valórate, escúchate y escucha"


Capacidades, atributos, cualidades, virtudes y valores van de la mano, para construir entre todos un mundo mejor.


Este libro que escribí en un año con todo mi cariño para el mundo, LA GRANDEZA DE LOS VALORES, te hará salir de la rutina y de la ceguera de nuestros días.

Gracias


María José Domínguez

Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta. Especialidad en Psicosomática y Neurociencia. Ha sido Fundadora y Presidenta de PSIME. Psicología y Medicina, Salud Holística, durante más de dos décadas.

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Más info en: 644 038 719



 
 
 

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